Las nubes, ausentes durante tantas semanas, golpean inmisericordes y repletas de lluvia las aceras y carreteras de Madrid. Los periódicos solo hablan de guerras y niños perdidos, sin ningún Peter Pan que les guíe a un mundo idílico de piratas y niñez perpetua. El mundo parece, cada vez más, una caricatura horrenda de sí mismo. Por eso hoy les invito a alegrarse el corazón y el estómago en la nueva gran apertura de la capital, Arrogante. Bailen. Diviértanse un poco. Sumérjanse en este universo exquisito y circense, tan bello como suculento, y brinden por un futuro mejor para todos. Nos lo merecemos.
Este
monumento a la diversión y a la cocina italiana de siempre viene avalado por
uno de los sellos hosteleros más potentes del momento. SLVJ. Su segundo
concepto, Arrogante, hereda esa apuesta
por el modelo 360o experiencial, pero deja Japón para apostar por la mejor cocina
italiana clásica con toques de autor en un local que quita el aliento y se
inspira en el circo y la commedia dell’arte.
Como
ya pasa en SLVJ, el interiorismo es impresionante, pero la cocina es la
protagonista y aquí, sobre todo, se come excepcionalmente bien. Fermín
Azkue, chef ejecutivo del sello, vivió una temporada en Italia y ha querido
traerse lo mejor de sus campos y sus artesanías. De aquí proceden muchas de las materias primas, como los
quesos, que llegan tres veces por semana, o los embutidos. Por supuesto, hay
fusión, marca de la casa, pero aquí se traduce en toppings e ingredientes, con
el que hacen personal y diferente el recetario italiano tradicional. ¿Un
ejemplo? Los pappardelle se sirven con short rib cocido a baja temperatura. No
es lo que nos cocinaría Sofía Loren, pero sí la Bellucci.
Buceando
en su carta, encontramos pastas
frescas y rellenas de elaboración casera –ojo al ravioli de gambas con espuma
holandesa y eneldo–, pastas secas; al horno, risottos y por supuesto,
exquisitas pizzas. Hay algunos segundos tan pintones como el tournedó de
solomillo de res con foie gras frito o un osobuco de ternera con romero y
polenta cremosa. Tienen hasta un capítulo de crudos, con carpaccios y tartares.
Los golosos estarán de enhorabuena porque el chef pastelero, Manuel Matos, se
ha esforzado en crear unas propuestas tan elaboradas como deliciosas.
Por
supuesto, en Arrogante hay que entregarse al cóctel con furia festiva. Borja
Goikoetxea, head bartender del grupo, ha desarrollado
una completa carta de 18 creaciones, donde encontramos cócteles de creación, algún
mocktail para abstemios y otros clásicos. Mención especial merece la vajilla,
con vasos pintados a mano con forma de máscaras, antifaces o esculturas
clásicas. Están disponibles todo el día, así que el disfrutón diurno también
puede gozarlos.
Uno
entra a Arrogante a comer, pero se
queda a beber y a divertirse. Es especialmente recomendable optar por la barra
central –espacio en el que no se puede reservar– para sumergirse bien en el
ambientazo de este local siempre en ebullición. El aburrimiento es imposible de
día o de noche, ya que hay espectáculos también cuando el sol está en lo alto.
Lo que les digo: no se pierdan este circo fascinante, con techos de carpa y
caballitos que suben y bajan. Lo agradecerá el timeline de su Instagram, pero
sobre todo el de sus recuerdos y su alma, que vibrará al son de la ópera, los
acordeones y la magia en un espacio onírico y singular. El circo ha llegado a
su ciudad, damas y caballeros. Y en este circo, encima, se come bien. Pasen y
vean.
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